viernes, 14 de agosto de 2009

SOCIEDAD Y VALORES

2.1. VALORES Y SOCIALIZACIÓN.

A nivel general se puede plantear el proceso de formación de un valor de la siguiente manera:

Seleccionar:
1. se elige libremente un valor
2. se elige un valor entre una seria de alternativas
3. se elige un valor tras una detenida reflexión sobre las consecuencias de cada alternativa

Apreciación:
1. se aprecia un valor. La persona está satisfecha de su elección
2. se aprecia un valor lo suficiente como para afirmarlo públicamente, ya que siente orgullo de ese valor.

Actuación:
se pone en práctica un valor no sólo se habla de él
se pone en práctica un valor en forma constante. Es una línea de conducta.

Pero la forma que va ir tomando el proceso anterior viene determinado por una serie de variables, donde toman mayor relevancia entre otras las de orden social. El origen del valor está ligado al proceso evolutivo dándose con mayor fuerza en la adolescencia donde aparece el pensamiento abstracto. Por la segunda infancia empieza a darse alguna noción de valor tales como feo – bello, bueno – malo esto por la influencia de los mayores. De esta manera se ve marcada por el proceso de aprendizaje social lo mismo sucede con las actitudes. Al llegar la adolescencia se vuelve importante realizar una elección jerárquica de valores que direccione su futuro desenvolvimiento en años posteriores.
La cultura por su parte nos da los puntos de referencia de los enjuiciamientos generales del individuo. Estas pautas culturales influyen de manera concreta sobre nuestras expectativas, desde ese punto de vista por ejemplo no todas las sociedades mantienen las mismas diferencias entre hombres y mujeres estos se ven condicionados por los estereotipos y modelos sociales inculcados, por el modo de crianza, la familia, por medio del condicionamiento social, etc.
De esta manera los valores se expresan en las ideas de la comunidad, en sus símbolos expresivos, en sus normas morales y acciones; sintetizan los sistemas de creencias y los sistemas de símbolos expresivos en las posibles orientaciones hacia un mundo de objetos sociales, hacia un sistema de relaciones sociales. En otras palabras, los valores determinan qué formas de conducta o qué metas son aprobadas o desaprobadas, por lo que suponen un conjunto de normas que se mantienen a lo largo del tiempo y, en tal sentido, organizan un sistema de acción en el que lo "deseable" (lo que yo o los demás deberíamos desear) se debe contrastar con lo deseado (lo que yo o los demás de hecho queremos). De este modo, tal contrastación puede transformar lo deseado en no deseado, o en lo deseado de manera ambivalente.
Así a nivel individual se va configurando lo que Rokeach llamaba sistemas de valores que define “como una organización permanente de creencias que se refieren a modos preferibles de conducta, o estados deseables de existencia a lo largo de un continuo relativo de importancia de relativa estabilidad pero suficiente para reflejar la igualdad y continuidad de una personalidad única socializada”. Personalidad única y socializada que logra expresión de su individualidad y a la vez de su potencial para vivir en comunidad.

2.2. MODOS DE ELEGIR VALORES

Por otra parte estos sistemas configuran nuestros modos de pensar y elegir los valores, entre estos destacan seis principalmente:
La autoridad
Modo de pensar: tener fe en una autoridad superior.
Modo de pensar acerca de los valores: tener fe en una autoridad moral superior
Valor personal dominante: es muy importante tener fe en una autoridad moral superior.
Tipo de sistema de valores: se basa en la fe en una autoridad moral superior.
Creencias genéricas: saber cuáles son las reglas para llevar una vida provechosa. lo más difícil es “abrir los corazones” y desechar todo impulso dañino, no sólo cumpliendo las normas que se dan sino interiorizándolas.
Creencias específicas ilustrativas de este tipo de sistema de valores: el fundamentalismo protestante y el catolicismo constituyen los ejemplos más influentes.
La lógica
Modo de pensar: somete las creencias a una variedad de pruebas de coherencia que subyacen al razonamiento deductivo.
Modo de pensar acerca de los valores: somete las creencias morales a pruebas lógicas.
Valor personal dominante: la importancia de la lógica en las decisiones diarias.
Tipo de sistema de valores: basado en el pensamiento lógico
Creencias genéricas ilustrativas de este tipo de sistema de valores: el orden es fundamental en la vida. Las creencias personales de distintos individuos no tienen por qué coincidir, pero como mínimo deberían ser organizadas, seguir principios básicos y tener coherencia interna.
Creencias específicas ilustrativas de este tipo de sistema de valores: la filosofía de Espinoza o la de Mortimer Adler
La experiencia sensorial
Modo de pensar: obtener conocimiento directo a través de los cinco sentidos: "ver para creer”.
Modo de pensar acerca de los valores: obtener conocimiento moral por medio de la experiencia sensorial.
Valor personal dominante: la experiencia personal.
Tipo de sistema de valores: basado en la experiencia personal.
Creencias genéricas ilustrativas de este tipo de valores: “sólo se vive una vez; por eso hay que aprovechar todo al máximo, no te preocupes por las metas específicas”, “no aceptes los valóresele ninguna otra persona. crea tu propio enfoque personal a través del contacto con otros”
Creencias específicas ilustrativas de este tipo de sistema de valores: Experiencia sensorial intensa:
La emoción
Modo de pensar: en la vida practica se piensa y se juzga a través de los sentimientos y emociones.
Modo de pensar acerca de los valores: escogen los valores de acuerdo a los que “sienten” adecuados para sí.
Valor personal dominante: los sentimientos.
Tipo de sistema de valores: basado en los sentimientos.
Creencias genéricas ilustrativas de este tipo de sistema de valores: “para vivir plenamente hay que comprometer la propia persona y los sentimientos a una causa o propósito”.
Creencia especificas ilustrativas de este tipo de sistema de valores: amor por la familia, por el barrio, el país y la humanidad,
La intuición
Modo de pensar: pensamiento inconsciente que no es emocional. Considera la mente como formada por tres partes: la mente consciente; las emociones, y la mente intuitiva, inconsciente pero no emotiva.
Modo de pensar acerca de los valores: obtiene conocimiento moral a partir de las fuentes interiores de la intuición.
Valor personal dominante: la intuición
Tipo de sistema de valores: basado en la intuición.")
Creencias genéricas ilustrativas de este tipo de sistema de valores: la mente consciente, con todos sus deseos y conflictos, a menudo es una trampa y una ilusión. lo que cuenta no es lo que uno logra o tiene, sino lo que es. para saber quién es uno, hay que liberar y desarrollar los propios dones intuitivos aprendiendo a ser sereno, pacífico e inmune a las tempestades de la vida.
Creencias específicas ilustrativas de este tipo de sistema de valores: el budismo, y filosofía oriental.
La ciencia
Modo de pensar: Poner a prueba las hipótesis en forma experimental y llegar a la conclusión correcta.
Modo de pensar acerca de los valores: aunque la ciencia exacta no tiene valores, éstos sin embargo son considerados "científicos" en un sentido más limitado si se basan en una cuidadosa observación científica y son coherentes en lo interno.
Valor personal dominante: el enfoque científico'
Tipo de sistema de valores: basado en la ciencia.
Creencias genéricas ilustrativas de este tipo de sistema de valores: la vida es una sucesión de problemas por resolver y objetivos por cumplir, mediante la aplicación del tipo adecuado de conocimiento técnico.
Creencias específicas ilustrativas de este tipo de sistema de valores: el psicoanálisis de Freud, en especial el contemporáneo, la psicología cognitiva; la psiconeuroinmunología.
En la vida real estos tipos suelen combinarse e interactuar unos con otros. Todos los días, combinamos los distintos modos de pensar y los sistemas de valores resultantes sin que medie regla formal alguna, a una persona le atrae la lógica pero también la experiencia sensorial, pese a las marcadas diferencias que hay entre ambos enfoques y de alguna manera por la forma de manejarse de los humanos se llega a un acomodamiento tácito casi inconsciente. Por ejemplo, un piadoso fundamentalista protestante abraza un nacionalismo emotivo pese a que en los Evangelios no hay nada que sustente el nacionalismo y más aún, Jesucristo aconseja explícitamente no investir de autoridad espiritual a instituciones temporales como el Estado. Algunas combinaciones son más probables que otras.
Al analizar las complejas creencias mixtas, lo importante de destacar es que todos los seres humanos, sin excepción, tienen creencias personales multidimensionales. Todos resultan influidos al menos en parte por la autoridad, por la lógica, la experiencia, la emoción, la intuición y la ciencia.



2.3. VALORES, HABITOS Y ACTITUDES

Los valores son concepciones de lo deseable en materia moral, y como tales no son directamente observables. Consideramos que también en este campo se forman las identidades, tanto individuales como colectivas. Suponemos, en efecto, que el asumir ciertos valores como guías de la conducta es una forma importante de afirmar una identidad: en la medida en que diferentes personas compartan valores comunes, irán desarrollando una identidad colectiva.
Los valores se construyen en el proceso de formación de los hábitos, en la socialización, pero a la vez se recrean y transforman en la acción, así se tomará el concepto de "hábito" en un sentido flexible considerando que las disposiciones internalizadas como hábitos sufren grandes modificaciones en la confrontación directa con la vida concreta. Los cambios en los valores tienen entonces una repercusión sobre los hábitos. Si los valores son tangibles, las metas de vida son mucho más variables aún y se van redefiniendo conforme transcurre la vida.
Por otro lado conviene recordar que los valores personales, por sí mismos, no son susceptibles de ser percibidos directamente por los demás; su percepción sólo es posible mediante las actitudes que instante tras instante, de manera constante, revelan de manera inequívoca la propia jerarquía de valores. Son las actitudes las que nos permiten descubrir qué valores posee una persona. Según lo expuesto anteriormente, podemos reconstruir los valores de las personas a partir de la observación de sus actitudes siendo éstas la demostración tangible de los valores.
Por lo anterior resulta importante identificar algunas características esenciales de las actitudes humanas:
Se transmiten, las actitudes inician una cadena de transmisiones sociales a partir de su exposición. Quien recibe una actitud positiva está en condiciones óptimas de ofrecer actitudes igualmente positivas a los demás; pero quien recibe una actitud negativa, tiene mayor disposición a actuar de igual manera frente a otros.
Funcionan con la ley del eco: las actitudes avanzan en una cadena de contagios que, con frecuencia, terminan involucrando a quienes las generaron y los vuelven sujetos de sus consecuencias.
Actúan bidireccionalmente: las actitudes no sólo producen efectos a quienes las reciben, sino también son causa de influencia de quienes las generan.
Pueden intervenirse: Quien recibe una actitud negativa puede frenar la cadena de contagios en sí y dar comienzo a otra cadena de actitudes positivas.
Por lo anterior, se vuelve urgente que los seres humanos mantengamos un adecuado control sobre nuestras actitudes y busquemos actitudes las que nos permitan una mejor convivencia. Así, el mejoramiento de las actitudes en el hogar, en la escuela, en la i sociedad, es esencial para el desarrollo de los valores

2.4. RELATIVIDAD CULTURAL DE LOS VALORES

Es común de la época la sospecha de grandes sistemas que pretenden respuestas únicas que desembocan en órdenes ideales o trascendentes. Se rompe con la certidumbre acerca de los valores lo que se asocia a una mirada nueva del mundo que se va ensanchando.
La relatividad de los valores no es un tema ajeno a este siglo personajes como Herskovits deja en claro que no existen culturas que se puedan llamar “superiores” a otras, salvo en el campo de la tecnología, pero al mismo tiempo existen los llamados valores universales, donde la moralidad misma es un universal. Sin embargo no son fijos e invariables en el sentido que cada cultura adopta una forma de expresar dichos valores como producto histórico de cada sociedad. La diversidad de valores y formas de expresión en aspectos sociales, culturales o artísticos pasa como bien dice Levis-Straus por que el encuentro de diversas culturas como fuente de riqueza, donde cada cultura expresa cierto sentido de individualidad, de distinción o expresión propia de su “yo cultural”, para lo cual es necesario el oponerse a las que las rodean, no se ignoran, sino se prestan unas de otra para sobrevivir.
Se plantea como ejemplo que las sociedades ricas, industrializadas y urbanas son más individualistas que las pobres, rurales y tradicionales que son más colectivistas.
Ningún valor es bueno o malo en sí mismo, más bien es la propia sociedad la que lo caracteriza de tal manera. Dentro de este marco Durkheim sostiene, que lo bueno y lo malo encuentran su punto de referencia en toda sociedad, en lo que le conviene o no a tal sociedad: “actuar moralmente, es actuar con miras a un interés colectivo”.
Los valores se construyen desde lo socialmente útil para una determinada sociedad. En todo caso, es la sociedad misma la que los construyen, ella misma tiene un carácter absoluto, y sus valores derivarían de sus necesidades.
Las diferencias entre los valores propios de sociedades diferentes pueden observarse desde una perspectiva positiva. Así, a la sociedad tradicional corresponde una solidaridad mecánica, entre segmentos sociales similares; mientras que la sociedad industrial moderna se rige por el principio de solidaridad orgánica propia de una sociedad compleja en la que las partes son diferentes e interdependientes. Tal conclusión conduce a Durkheim a poner el énfasis en las normas y valores que permiten el buen funcionamiento del cuerpo social la inspiración en la normalidad biológica es por lo demás explícita.
El debate actual sobre la relación entre valores universales y valores “locales” se centra sobre si es posible, y de que manera, mantener la diversidad y seguir desarrollándola sin establecer fronteras rígidas o discriminatorias ¿Es viable "nuestra diversidad creativa" en un mundo tolerante y de intercambios intensivos, sin que esta diversidad se vuelva simple elaboración de matices en torno a temas predeterminados por los grandes productores culturales?. La respuesta aparente es que sí.

2.5. CALIDAD DE VIDA Y VALORACIÓN HUMANA

Hemos venido usando el término "valor" hasta ahora para nombrar deseos o ideales sin tomar en cuenta lo material o concreto de su connotación, es en los escritos de Marx donde encontramos un énfasis en ese aspecto. Con el trabajo asalariado, la fuerza de trabajo, como cualquier otra mercancía, posee valor en el mercado. Es decir, la fuerza de trabajo, que produce valor, posee ella misma un valor que es equivalente al tiempo de trabajo necesario para su producción, esto es, equivalente a los medios de subsistencia del trabajador. Ahora bien, la suma de los medios de subsistencia, de lo que es necesario para que el trabajador mantenga su estado de vida normal, no es una medida fija, sino que se define históricamente.
Las necesidades naturales, tales como la alimentación, la vestimenta, la calefacción, el habitat, etc., difieren según el clima y otras peculiaridades físicas de un país. Por otro lado, el número mismo de las llamadas necesidades naturales, así como el modo de satisfacerlas, es un producto histórico, y defiende así, en gran medida, del grado de civilización alcanzado. Los orígenes de la clase asalariada en cada país, el medio histórico donde se ha formado, siguen ejerciendo durante mucho tiempo la mayor influencia sobre los hábitos, las exigencias y, por consecuencia sobre las necesidades que trae en la vida. La fuerza de trabajo encierra entonces, desde el punto de vista del valor, un elemento moral e histórico.
Resulta, sin embargo, que nuestras maneras de medir el nivel de bienestar de un país (el PBI por ejemplo) o de una población no han incorporado esta diversidad. Se percibe también fácilmente que el "elemento moral e histórico" aludido introduce en economía el debate en torno al relativismo. Ya no nos preguntamos solamente por la cantidad de bienes que posee una persona o un pueblo, sino por su calidad de vida. Pero aquí se presenta la dificultad de determinar cuáles son los criterios decisivos para elegir las normas que permitan evaluar la calidad de vida de las personas en diferentes partes del mundo. ¿Se debe estudiar las tradiciones locales del país o región de que se está tratando, y tener en cuenta lo que estas tradiciones consideran esencial para el florecimiento o, en cambio, debemos buscar alguna explicación universal de una buena vida humana, y evaluar las tradiciones locales en comparación con ella? Apegarnos a las tradiciones locales parece ofrecer la ventaja del respeto a las diferencias. Por otra parte, la mayoría de las tradiciones contienen elementos de injusticia y opresión, a menudo muy arraigados; muchas veces es difícil encontrar una base para enjuiciar estas desigualdades sin pensar en el funcionamiento humano de una manera más critica y universal. La búsqueda de una explicación universalmente aplicable a la clase de vida humana tiene, por su parte, la promesa de un mayor poder para defender las vidas de aquellos a los que la tradición ha oprimido y marginado. Pero se enfrenta a la dificultad de fundamentar esas aseveraciones de una manera adecuada. Se enfrenta, además, al peligro ético del paternalismo.
En respuesta a estos problemas Nussbaum parte de una base aristotélica para buscar lo común en todos los seres humanos, las muchas coincidencias entres las sociedades. Desde la conciencia sensible de que estamos hablando de algo que se experimenta de manera diferente en diferentes contextos, podemos identificar ciertas características de nuestra humanidad común. Así, sostiene ella que lodos los seres humanos, en todas las culturas, experimentamos lo siguiente:
1. La mortalidad. Todos los seres humanos deben enfrentarse a la muerte.
2. El cuerpo. Ser capaz de alimentarse adecuadamente.
3. Placer y dolor. La aversión al dolor es un aspecto universal del ser humano.
4. La capacidad cognoscitiva.
5. La razón practica. Ser capaz de formarse una concepción del bien.
6. El desarrollo temprano del infante, como estructura básica de la primera etapa de la vida, es también universal.
7. La afiliación con otros seres humanos.
8. La interconexión con otras especies y con la naturaleza.
9. El humor y el juego.
10. La separación o particularización de cada ser humano.
11. La separación fuerte en el sentido de la absoluta particularidad de cada vida humana.

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