martes, 11 de agosto de 2009

LA ENSEÑANZA EFECTIVA

Durante años, los investigadores han tratado de desentrañar el misterio de la enseñanza efectiva. Los estudios informados en la década de los años sesenta y primeros de los setenta se centraron en los niveles de capacidad general, la clase social de los maestros y las medidas promedio de la capacidad del estudiante. La investigación más reciente ha tratado de determinar si los maestros producen alguna diferencia en la vida diaria y aprendizaje de sus alumnos.

Los diferentes resultados de la investigación sobre la conducta del maestro indican factores importantes para la efectividad. El conocimiento extenso y adecuado del tema, ya que al saber más sobre el tema se hacen presentaciones más claras, por lo que también trabajan sobre principios integrados, sus rutinas se han vuelto automáticas por lo que tienen más tiempo para ser creativos y su conocimiento sólido le permite manejar cualquier pregunta. La organización y claridad en la presentación es otro factor que afecta al aprendizaje, se relaciona con el conocimiento del tema ya que al saber más sobre un tema sé es más claro al explicarlo, por lo tanto los estudiantes aprende más, es importante usar modelos, ejemplos a lo que se explica, resumir la lección por partes conforme se avanza, hacer preguntas y pedirles a los alumnos que resuman lo explicado para ver si han entendido. El entusiasmo y la cordialidad juegan un papel importante en la enseñanza efectiva, se relacionan más con las actitudes de los estudiantes hacia las clases, además los profesores más entusiastas mantienen más atentos e interesados a los alumnos. Sin embargo, no se ha encontrado una forma de enseñar que sea la adecuada para todos los grupos, lecciones o momentos.

El papel del estudiante también es importante, al final es el estudiante el que decide si aprende o no. En lo que trabajan los estudiantes, la actividad que estén llevando a cabo, influye de manera directa en lo que aprenden. Una actividad puede ser caracterizada por el tipo de operación que se usa, pudiendo ser una actividad de: me­moria (fechas de sucesos), procedimiento (seguir los pasos para realizar una ecuación), comprensión (un resumen del tema de un libro) u opinión (expresar una preferencia sobre un tema o asunto). De esta manera el nivel de riesgo y el grado de ambigüedad (no saber exactamente lo que se quiere lograr con esa actividad, o la forma en que se va a calificar) que comprenden estas actividades influirán en la disposición de estudiante. Es sabido que los estudiantes quieren disminuir el riesgo a equivocarse porque sus calificaciones están en juego, por ejemplo las actividades de opinión son de bajo riesgo, ya que difícilmente se puede calificar una opinión como equivocada o incorrecta, al igual de las de memorización ya que saben que hacer exactamente para obtener una buena calificación. Por otro lado las actividades de comprensión suelen ser las que menos les agradan, así en ocasiones es adecuado darles pautas para desarrollar este tipo de actividades y establecer los criterios de calificación claramente. Darles ejemplos y secuencias suele ser de gran ayuda. Debe hacerse un balance entre ayudarlos dándoles pautas para realizar una tarea mediante la negociación con los estudiantes o decidirse por la realización de una actividad difícil, de comprensión para incitarlos a que desarrollen su capacidad de pensar analíticamente.

La instrucción directa que comprende a los salones dirigidos por el maestro, cuyo material es secuenciado y estructurado. Se refiere a las actividades de enseñanza cuyas metas son claras para los estudiantes, el tiempo dedicado para la instrucción es suficiente y continuo, se cubre suficiente material, se está al tanto del desempeño del estudiante. Este tipo de instrucción parece muy apropiada para la enseñanza de destrezas básicas como los cursos de matemáticas y lenguaje. Un formato de trabajo en la instrucción directa podría comprender: revisar el trabajo del día anterior, presentar material nuevo; hacer práctica dirigida, retroalimentar o corregir inmediatamente después de la actividad, corregir, prácticas independientes y efectuar revisiones semanales y mensuales.

Durante los primeros años, la instrucción efectiva comprende: 1) poca discusión, 2) exposiciones muy estructuradas (ordenadas y paso a paso), 3) oportunidades inmediatas para practicar, 4) práctica constante, 5) retroalimentación individual rápida, 6) ejercicios de aprendizaje individuales, cuidadosamente escogidos y bien supervisados, 7) un estilo de enseñanza cordial y protector.

Después del nivel básico de instrucción, parece que son efectivas las estrategias más abiertas y de tipo investigador (para la solución de problemas abstractos, desarrollo afectivo y creatividad), para estudiantes mayores y materias difíciles como lenguaje a nivel de secundaria.

Los maestros deben tratar con un amplio espectro de aptitudes para el aprendizaje. La investigación sobre la relación entre aptitud y formas de enseñar ha intentado determinar cómo afecta a los estudiantes de distintas capacidades los diferentes métodos. Una repercusión clara de esto es que los maestros deben ser flexibles y estar dispuestos a tratar una estrategia nueva si alguna no funciona adecuadamente.

El grado de conocimientos previos puede influir en el efecto que los métodos de enseñanza pudieran tener. Los estudiantes con pocos conocimientos necesitan más de una estrategia de instrucción directa. Los estudiantes de baja capacidad necesitan una atmósfera de apoyo, con una gran estructura y además que las lecciones se dividan en pequeñas dosis de exposición y trabajo individual, sin tener mucho de una sola por cada vez. Para los estudiantes de alto rendimiento, es apropiado un número más amplio de métodos y a un ritmo más rápido.

Aunque no hay ninguna garantía en el método que se use, es claro que los salones efectivos son agradables, divertidos y hay convivencia. Los maestros deben considerar los factores esenciales de la actividad a los estudiantes, así como sus propias fuerzas y metas, por otro lado hay que tomar en cuenta actividades que propician el crecimiento emocional y social así como lecciones para divertirse, pues además se quiere no sólo que los estudiantes aprendan a leer, sino también que disfruten la lectura y su estancia en la escuela.








Lineamientos
Enseñanza efectiva

Organice con cuidado sus lecciones.
1. Determine objetivos que ayuden a los estudiantes a centrarse en el propósito de la lección.
2. Comience sus lecciones por escribir una breve introducción en el pizarrón o expóngala al grupo como parte de la lección.
3. Si es posible, descomponga la presentación en pasos o etapas claras.
4. Haga repasos periódicamente.

Esfuércese en dar explicaciones claras.
Use ejemplos concretos o analogías que estén relacionadas con la vida diaria de los estudiantes. Cuando explique los conceptos de oferta y demanda, haga notar la caída de los precios de algunos discos cuando la oferta excede a la demanda, debido a que un grupo o cantante nuevo se ha hecho más popular. Tenga varios ejemplos para puntos particularmente difíciles.
Que sus explicaciones sean a varios niveles para que todos los estudiantes le entiendan, no sólo los más inteligentes.
Céntrese en una sola idea a la vez y evite salirse del tema.

Comunique entusiasmo por la materia y por la lección del día.
Diga a los estudiantes por qué es importante la lección. Tenga una razón mejor que: “Vendrá en el examen” o “Necesitan saberlo para el próximo año”. Enaltezca el valor del aprendizaje por sí mismo.
Asegúrese de hacer contacto visual con sus alumnos.
Modifique el ritmo y volumen de su voz. Utilice pausas de silencio para ser más significativo.

Retenga el interés de los estudiantes.
1. Asegúrese de que los estudiantes que terminan temprano, tengan algo productivo qué hacer, las opciones incluyen: trabajo para puntos adicionales, juegos o adivinanzas relacionadas con el tema, tareas para la casa, la oportunidad de ayudar a sus compañeros más atrasados y un pase para la biblioteca o sala de computación.
Apoye a los estudiantes que hacen trabajo individual o que ponen empeño al realizar alguna actividad.

Adapte su enseñanza a necesidades e intereses de sus alumnos
Utilice los cuestionarios que han resuelto sus alumnos para hacerle ajustes a su forma de enseñar.
Combine su interés en desarrollar destrezas académicas con los intereses especiales de los estudiantes siempre que sea posible.
Use juegos, simulacros, películas y demostraciones.

Amplíe sus conocimientos en su área.
Lea revistas que publiquen investigación nueva y que sugieran nuevas ideas. Asista a talleres y congresos: tome algún curso en la universidad local.

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