jueves, 13 de agosto de 2009

LA PRIMERA ENTREVISTA CON EL PSICOANALISTA

El Psicoanálisis terapéutico es un método de búsqueda de la verdad individual más allá de los acontecimientos, busca la restauración original, liberados de espera ilusoria o de estos efectos, también permite encontrar una salida a las fuerzas emocionales. El Psicoanálisis permite que la angustia y los pedidos del paciente sean reemplazados por el problema personal y específico del deseo más profundo, lo cual lo logra por la escucha atenta y a su no respuesta directa de actuar para la desaparición del síntoma y calmar la angustia. En la escucha su sensibilidad receptora le permite oír varios niveles del sentido subyacente emocional que hay en el paciente, y en una forma por lo general más fina de lo que pueden hacerlo los que no han sido psicoanalizados.

Asimismo la transferencia también se presenta en la entrevista psicoanalítica, manifestándose con claridad la intrincación de las fuerzas inconscientes entre progenitores. El niño o adolescente se convierte en portavoz de los padres, donde los síntomas de impotencia que el niño manifiesta constituyen un reflejo de sus propias angustias y procesos de reacción frente a la angustia de sus padres. Los padres a su vez tienen deseos reprimidos en su vida social o conyugal y que esperan en sus hijos la curación o la compensación de ser sentimientos de fracaso, mutilando el juego creativo del niño ya que ese es un mecanismo par defenderse en forma creativa.
En la primera infancia siempre los trastornos son de reacción frente a dificultades de los padres y también ante trastornos de hermanos o del clima interrelacional del ambiente.
El complejo de edipo se presenta en la primera y segunda infancia ante la incomprensión del medio surgen reacciones en cadena de decepciones mutuas entremezclada con angustias recíprocas, procesos defensivos y reinvindicaciones. Por otro lado el desenlace de las reacciones reestructurantes provoca la aparición de la neurosis de la delincuencia y más allá de la involución psicótica o de la criminalidad.
La única condición única y necesaria es que el niño no haya sido tomado por uno de sus padres como sustituto de una significación aberrante, incompatible con la dignidad humana o con su herencia.
Un medio parental sano de un niño es donde exista la dependencia preponderante del adulto respecto del niño, donde esa dependencia no tenga una mayor importancia emocional que el adulto otorga a la afectividad y a la presencia complementaria de otro adulto. Toda asimilación de la madre al rol del padre es patógena, tanto cuando la madre decreta que el padre es incapaz y se coloca en su lugar, asimismo como cualquier otra sustitución, prótesis engañosas. Todo ser humano en su relación triangular real y particular, sino se camufla o falsifica en las palabras, porque es la única que forma una persona sana.
La organización del complejo Edípico se da desde los tres años se resuelve con la resolución y desprendimiento del placer incestuoso, y si no llega a resolverse a los 13 años se preveen graves trastornos sociales, a partir de los 18 años, en que la opción sexual y los sentimientos amorosos se asumen y buscan socializarse en un medio mixto. Los padres que en su época de niño no resolvieron su edipo, ahora son abusivos, se mostrarán celosos del lazo emocional del niño con su conyugue.
El rol del psicoanalista es permitir que el sujeto neurótico o enfermo mental descubra su sentido y también alarmar ante las carencias de la educación estatal, los métodos e instrumentos escolares tan a menudo patógenos y frente a las carencias y a su rol patógeno individuales de muchos padres del mundo al que se llama civilización.

No hay comentarios:

Publicar un comentario