miércoles, 12 de agosto de 2009

DESARROLLO PSICOSEXUAL


“El Desarrollo Psicosexual del individuo tiene, un aspecto biológico condicionante, que predispone a conductas relacionadas con la reproducción de la especie, lo cual constituye el sentido de la sexualidad. Pero por otro lado involucra a la persona entera, incluyendo los aspectos Psicológico, Social y Espiritual, propios del ser Humano”.

Las manifestaciones de la sexualidad están significativamente influidas y modeladas por las experiencias que se dan en la interacción social, en todos sus niveles. Desde las interacciones temprana del niño con su madre, hasta la observación de afiches o propaganda callejera.
Como todo proceso de desarrollo de la personalidad, este desarrollo es la resultante final, en cada edad de la vida, de la interrelación dinámica de diversos factores Biológicos, Ambientales y la experiencia, en cuyo procesamiento e integración participan activamente el pensamiento y la voluntad.
Pero es importante hacer presente que las experiencias tempranas de la infancia, modelan la conducta directamente, sin la intervención de las funciones reguladoras del pensamiento y la voluntad. Por eso son tan decisivas y por eso también es de importancia trascendental la Educación Familiar y las experiencias que el niño viva en esos años.
Las experiencias tempranas modelan las estructuras fundamentales de la conducta: los vínculos afectivos, los valores, el juicio; la concepción de la vida, del mundo, y de las demás personas. Sobre la base de estos modelos y estructuras primarias se van asimilando e incorporando en la personalidad las experiencias posteriores.
A continuación se presenta un esquema general del Desarrollo Psicosexual, fundada en la observación de las manifestaciones espontáneas, típicas de los niños y de los jóvenes, consideradas normales, sanas.

ETAPAS DEL DESARROLLO PSICOSEXUAL

Se distinguen tres etapas o momentos fundamental del desarrollo psicoosexual.

1. Etapa del Desarrollo Psicosexual Infantil.

Se encuentra situada entre las unos pocos meses después del nacimiento hasta los 5 ó 6 años. En esta Etapa se pueden destacar tres tipos de procesos:

a) El primer tipo de proceso serían las diversas manifestaciones conductuales de los niños, que revelan desde muy temprano en su desarrollo, la diferenciación progresiva de vivencias placenteras corporales, que van a tener después una significación esencial para la vida sexual. Estas vivencias placenteras están ligadas a sectores o partes del cuerpo que tienen relación con necesidades vitales, y particularmente con las conductas de satisfacción de esas necesidades. Más adelante en el desarrollo se separan de esas necesidades, se diferencian como placer corporal.
La vivencia placentera es la garante de que se lleve adelante la vida. Representa un incentivo vital para asegurar la sobrevivencia y la realización de los seres vivos. Esta vivencia, que tiene su origen en las funciones más primarias de la vida, arraigada en la organización biológica, en el transcurso del desarrollo se proyecta a la satisfacción de prácticamente todas las necesidades y motivaciones humanas. Así por ejemplo, resulta placentero comer cuando tenemos hambre, ver feliz al ser querido, ver una buena película, es placentero el logro del sacrificio que puede demandar una buena acción.
El niño vive sus primeras experiencias placenteras en la amamantación y chupando el chupete de entretención. La región peribucal se constituye así en la Primera fuente de vivencia placentera, junto con ser el órgano de la alimentación y del conocimiento primario. Paralelamente, la figura materna se va constituyendo en una Fuente externa de vivencia placentera, en un objeto de amor Posteriormente, cuando ya se acerca al primer año de vida descubre, explorando su cuerpo, otras partes u órganos de su cuerpo como importantes fuentes de experiencias placenteras.
Son las llamadas Zonas Erógenas, que por procesos de maduración orgánica y por activación funcional van extendiéndose a diferentes partes del cuerpo, en orden madurativo de sentido cefalocaudal, es decir, desde la cabeza hacia los pies.
Inicialmente la boca, luego, en el segundo año de vida, la región anal, activada por los procesos de defecación, que se van asociando, en el juego de las relaciones madre hijo, a las posiciones de Dar o Retener, las cuales van a tener una importante incidencia en la formación de las relaciones sociales y del Carácter. Finalmente, los Genitales, que alcanzan una posición dominante hacia fines del tercer año. En esta época se activa, frecuentemente, una conducta masturbatoría con algunos signos fisiológicos similares a los que se observan en la actividad sexual. Su temática es solo el placer corporal. En los niños, manipulando sus genitales, en las niñas apretando sus piernas, presionando la región del pubis, ya sea contra la cama u objetos.
Estas manifestaciones de la Sexualidad Infantil se van haciendo cada vez más compleja. Después de los 3 años, se hace manifiesta la curiosidad por las partes corporales asociadas a las funciones vitales de eliminación y paralelamente, como una expresión bastante elaborada de la curiosidad, comienzan a aparecer los llamados "juegos sexuales", al doctor, a la mamá, etc.
Hacia los cuatro años comienzan la teorías infantiles acerca del origen de los niños. Estas teorías se van haciendo cada vez más realistas, pero siempre ingenuas y fantasiosas. Esto depende del grado de información que tenga el niño, de la presencia de hermano y hermanas, de las conductas y actitudes de los padres, etc.
Las Vivencias Propias de los niños, su observación de las relaciones entre los padres, las conversaciones que escuchan, y muchas experiencias cotidianas que se dan en su ambiente, van destacando todo este conjunto de hechos como una dimensión novedosa de la vida que despierta gran curiosidad, pero también a veces temores e incertidumbre, lo que a veces se complica más con los sentimientos que genera la llegada de un hermano.
Estos hechos del desarrollo, que comienzan como manifestación de la organización biológica primaria, van cobrando sentido y significación con las conductas y experiencias comentadas en función de los procesos cognoscitivos. El niño comienza a comprender algo respecto a la sexualidad, pero es una comprensión vaga y con muchos elementos de fantasía.

b) El segundo tipo de procesos característicos de esta Etapa se ha llamado Tipificación Sexual, y constituye uno de los temas centrales del proceso de socialización de los niños. Se refiere al proceso por el cual el niño va adquiriendo, los patrones de conducta, modos de reaccionar, intereses, etc. que conforman el comportamiento que corresponde a su sexo biológico.
Antes de que nazca el niño ya se están preparando los padres para recibir a un hombre o a una mujer, en proyectos de vida, colores de su ropa, arreglos de su habitación, etc. Después que nace, todos los regalos seleccionados según el sexo del niño. Cuando comienza a desarrollar sus conductas, se le enseñan juegos y juguetes según su sexo, Después se interviene su conducta estimulando y premiando las conductas propias de su sexo, e inhibiendo las que no.
Estas experiencias van generando el comportamiento propio de su sexo, aunque no necesariamente establece la relación entre patrones de conductas, vestimentas y juegos, y el sexo biológico al que pertenece.

c) En tercer lugar se encuentran un proceso central de la Personalidad designado como “Proceso de Definición de la Identidad” dentro del cual se encuentra la definición de la “Identidad Sexual”, como uno de los aspectos centrales de él. Este proceso se refiere al desarrollo y conformación de la conciencia del propio sexo y a la aceptación de las tareas de asumir los roles y responsabilidades que implica la pertenencia a un determinado sexo. En el transcurso de la infancia este proceso consiste principalmente en la evolución progresiva de la Identificación con los padres.
La identificación es un proceso afectivo en el que la persona piensa, siente, reacciona, como si fuera la persona con quien se ha identificado. Normalmente son los padres los primeros modelos de identificación. Se imita al padre, y se reacciona como reaccionaría él en una cierta situación, aun sin haberlo visto en esa situación. Por eso, se ha definido la Identificación como la Incorporación del “Pattern” de Personalidad, del Modelo, el niño actúa y siente como él, implica un vínculo afectivo profundo. Este proceso es básicamente inconsciente, el niño actúa como el padre o como la madre sin darse cuenta de ello.
La elección de modelo de Identificación se funda en una similitud que el niño percibe entre él y el modelo, por eso es que en los años de la infancia temprana, la identificación es con el padre del mismo sexo. Un segundo criterio de elección es que el niño ve en el modelo atributos que él quisiera tener. El niño quisiera ser como el padre, o como la madre, tener las capacidades, cualidades y poderes de ellos.
Hasta el primer año de vida, aproximadamente, la identificación es con la madre en ambos sexos, es parte constitutiva del Apego madre-hijo. La niña permanece identificada y apegada a su madre hasta los 6 o 7 años, mientras que el niño cambia de modelo de identificación a los 2 o 3 años. Este momento es fuente potencial de conflictos, que pueden tener importantes efectos en el desarrollo ulterior. Es conflictiva la separación desde la madre y es atractivo el modelo masculino de autonomía, competitividad, poder.
Sobre la base de estos antecedentes resulta fácil comprender la importancia de las figuras parentales en estos años de la Infancia para la formación de la identidad, tipificación y rol sexual básicos, dimensiones de la personalidad que se forman como parte integral de todo el proceso de definición de la identidad personal.
A estas edades los niños ya han logrado una definida Tipificación Sexual, tienen una clara conciencia de su sexo y lo han asumido en todas sus implicaciones. Es decir, tienen una clara, firme y rígida identidad sexual.
Como se puede apreciar en los procesos descritos, esta Primera Etapa tiene una fundamental importancia para el desarrollo Sexual del ser Humano; en ella se producen las estructuraciones fundamentales de la Personalidad.

2. Etapa de Latencia

Se instala desde los 4 a 5 años, se caracteriza porque disminuyen los impulsos, inquietudes y excitaciones propias de la Primera Infancia. Freud postulaba que desde los cinco años aproximadamente, el niño comienza a tranquilizarse y comienza a reorientar sus energías hacia el conocimiento y comprensión del mundo que le rodea. El logro de la racionalidad, alrededor de los 7 años, permite al niño comprender plenamente la vida sexual humana, y también comprender las normas morales.
Los primeros años de la edad escolar coinciden con esta fase de Latencia, y se caracterizan porque se desarrollan marcados intereses por comprender los misterios de la Sexualidad y de la Reproducción. Los niños elaboran teorías acerca del origen de los lactantes, de cómo nacen. A esta edad se aprecia una enorme distorsión e insuficiencia de la información sexual. Esto hace comprensible que los niños no comprendan los fenómenos de embarazos tempranos, o prematrimoniales, y a una edad que ya puede ser riesgosa para ellos.
3. Etapa Juvenil

Emerge la motivación sexual revelando sus raíces biológicas en sus características instintivas, avasalladora e incontrolable racionalmente. Serán necesarios varios años para que esta motivación se oriente adecuadamente, y se integre a la personalidad, una nueva capacidad trascendente al individuo, participar en la reproducción de la especie, y en relación con ella, una nueva y trascendental dimensión a la existencia humana: formar familia, criar y educar hijos. Esta motivación se manifiesta inicialmente, en la Prepubertad, desde los 10 u 11 años, como una Excitabilidad Difusa y Sensibilidad corporal acentuadas. Estas son las primeras manifestaciones de un complejo proceso de desarrollo y maduración de los sistemas orgánicos de la Reproducción que se inicia a los 8 ó 9 años.
A los 10 u 11 años, los niños observan los cambios en su cuerpo, los cuales se relacionan con los rasgos sexuales primarios y secundarios y se vivencian asociados a la excitabilidad tensión e inquietud. Esta Excitabilidad evoluciona marcando una importante diferencia entre los sexos: en las niñas se mantiene por mayor tiempo como una excitabilidad difusa, ligeramente acentuada en las zonas erógenas, pero que invade al cuerpo total, para la niña es más difícil el descubrimiento de sus órganos sexualmente sensibles. En los niños, se focaliza muy pronto en los genitales en función de los fenómenos de erección.
Estas diferencias anatómicas y fisiológicas de los sistemas genitales de los sexos, inciden también en las formas y en la frecuencia de las vivencias y actividades autoeróticas, como la masturbación y otras. Coinciden los datos en señalar que en los niños han sido siempre más frecuente.
Junto a estas manifestaciones directamente relacionadas con los impulsos sexuales, comienzan también las preocupaciones relacionadas con los cambios de apariencia física, atractivo sexual relacionado con las formas masculinas y femeninas, respectivamente.
Esta primera fase de la sexualidad juvenil es inestable y altamente emocional, caprichosa. Requieren de mucha comprensión y apoyo, pero es difícil el acercamiento a la intimidad personal de ellos.
En la Pubertad, se alcanza lo que podríamos llamar la Adultez Biológica, cuando irrumpe el impulso sexual y madura, se orienta a un miembro del sexo opuesto. En la pubertad se diferencia también el fin sexual, que se define como la relación sexual de la pareja que hace posible engendrar hijos.
La Pubertad se caracteriza la fuerza de los impulsos sexuales, que genera importantes conflictos y estrategias de control en los niños sanos. Pero estos controles fácilmente fracasan llevando a conductas como la masturbación, pero también en ciertas circunstancias, a conductas abiertamente sexuales y promiscuas.
Un aspecto importante del desarrollo puberal, es el fenómeno social y de las amistades típicas de esta edad. La gran sociabilidad y la formación de grupos extensos que era característica de los escolares, en la Pubertad se reduce a uno o dos amigos íntimos, generalmente del mismo sexo, entre los cuales se forma un estrecho vínculo afectivo, en el cual los jóvenes encuentran apoyo, contención emocional, comprensión. Es importante mencionar este fenómeno porque la admiración al amigo la identificación confunden y llevan a dudas acerca del rol sexual.
La motivación sexual del púber es intensa y surge relativamente separada de las demás motivaciones de la personalidad, y por eso lleva a conductas extrañas. Pero esta separación tiene otras implicaciones. Como su Incidencia directa en las relaciones con miembros del otro sexo. Los investigadores han llamado Dicotomía amor-sexo a un especial fenómeno en las relaciones sociales entre los sexos. En el caso del púber hombre, se expresa esta Dicotomia en la búsqueda de un objeto sexual en quien, no con quien, se quieren tener las experiencias sexuales, las fantasías se orientan a un modelo femenino excitante. El modelo es la mujer voluptuosa, asequible, con la cual no hay vínculo afectivo de ningún tipo.
Por otro lado, idealiza a una mujer de su mundo personal o de su fantasia, como el ideal de mujer para amar y proteger, para unirse de por vida. Es frecuente buscar en esta persona rasgos de la propia madre.
En la niña, la Dicotomía tiene otras características, ella elimina de sus fantasías los impulsos sexuales crudos e idealiza románticamente esta motivación. Algunos investigadores han señalado que los impulsos primarios los expresa la niña en conversaciones y alusiones groseras dentro de su grupo íntimo, a asuntos de las funciones vitales de la eliminación, de la anatomía de los cuerpos, etc. En contraste con la idealización de una relación de pareja romántica y heroica.
Ambos sexos se apoyan en los amigos o amigas, respectivamente, para la búsqueda de las primeras experiencias reales con miembros del otro sexo. La motivación es intensa, pero también hay muchas dudas, temores e inseguridades.
En la Adolescencia, desde los 14 o 15 años en la niña, 16 o 7 en el joven, comienza un importante proceso de integración de la personalidad y la tarea central de la definición de la identidad personal y social, que incluye, junto a otros aspectos importantes la definición de la Identidad y Rol sexual Personal.Como una manifestación distintiva de este momento del desarrollo se observan los primeros Enamoramientos reales, serios, integrales. El Objeto y el Fin se centran en una persona del sexo opuesto. Esa persona despierta la sexualidad y a la vez provoca los sentimientos amorosos de compartir una vida, de hacerla feliz, de protegerla, etc. Pero esta situación genera una nueva problemática; la confrontación de esta dinámica personal, madura e integrada básicamente, con las condiciones y restricciones que plantea la sociedad. Aunque es cierto que en la actualidad hay una mayor permisividad para la expresión de la sexualidad en las parejas jóvenes. Estos primeros enamoramientos son riesgosos, porque son intensos e invasivos, y los jóvenes no están en condiciones de evaluarlos. Por su propia obnubilación y por su inexperiencia.

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