miércoles, 12 de agosto de 2009

EL CONSTRUCTIVISMO


“La realidad” para los filósofos y educadores resulta una pregunta fundamental. La ciencia tradicional se basa en una visión objetiva de la realidad: ésta existe fuera del individuo. La realidad, entonces, se “descubre” y se comunica. En este sentido, quien aprende es un ser pasivo que debe incorporar la información existente. Una postura contraria es que cada individuo “construye” su realidad subjetiva. La realidad es aquello que el individuo construye a partir de observaciones, reflexiones y pensamiento lógico.

Esta segunda posición, en lo educativo, refleja el principio central del constructivismo. “El estudiante es un ser activo que procesa constantemente información y va construyendo su conocimiento”.

CONSTRUCTIVISMO

El constructivismo es el modelo que mantiene que una persona, tanto en los aspectos cognitivos, sociales y afectivos del comportamiento, no es un mero producto del ambiente ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo día a día como resultado de la interacción entre estos dos factores.

Según la posición constructivista, el conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción del ser humano, construcción que se realiza con los conocimientos previos que la persona ya posee, o sea con lo que ya construyó en su relación con el medio ambiente, lo que esta fuera de él. Todo aprendizaje constructivo supone una construcción que se realiza a través de un proceso mental que lleva a la adquisición de un conocimiento nuevo. Pero este proceso no es solo el nuevo conocimiento que se ha adquirido, sino y sobretodo la posibilidad de construir y adquirir una nueva competencia que permitirá aplicar lo ya conocido a una situación nueva.

ANTECEDENTES

Protágoras, en el siglo V a. c. explicó que el hombre representa la medida de todas las cosas y que él determinaba qué fueran y cómo eran. George Berkley decía que sólo es posible comparar las ideas con las ideas, y no con las cuestiones que las ideas deben representar. Los escépticos retoman lo anterior y afirman que “no es posible tener un conocimiento seguro del mundo”.
Es posible rastrear otros antecedentes del constructivismo —quizá más directos y con mayor influencia— en 1710 cuando Giambattista Vico (en Martin, 1997) postuló los siguientes principios:
• Los que conocen no pueden saber cosa alguna excepto las estructuras de pensamiento (ideas) que ellos mismos han armado.
• Sólo Dios es capaz de conocer el mundo real, porque sólo él sabe cómo y qué mezcló para crearlo.
• En contraste, el hombre que pretende conocer, únicamente puede conocer aquello que él mismo ha creado.

CONCEPCIÓN FILOSOFICA DEL CONSTRUCTIVISMO

El constructivismo plantea que nuestro mundo es un mundo humano, producto de la interacción humana con los estímulos naturales y sociales que hemos alcanzado a procesar desde nuestras “operaciones mentales” (Piaget).
Esta posición filosófica constructivista implica que el conocimiento humano no se recibe en forma pasiva del mundo, sino que es procesado y construido activamente, además la función cognoscitiva está al servicio de la vida, es una función adaptativa, y por lo tanto el conocimiento permite que la persona organice su mundo experiencial y vivencial.
Por lo anterior, la enseñanza constructivista considera que el aprendizaje humano es siempre una construcción interior. Para el constructivismo la objetividad en sí misma, separada del hombre no tiene sentido, pues todo conocimiento es una interpretación, una construcción mental, de donde resulta imposible aislar al investigador de lo investigado. El aprendizaje es siempre una reconstrucción interior y subjetiva.

CONCEPCIÓN PSICOLÓGICA DEL CONSTRUCTIVISMO

El constructivismo tiene como fin que el alumno construya su propio aprendizaje, por lo tanto, el profesor en su rol de mediador debe apoyar al alumno para:

1.- Enseñarle a pensar: Desarrollar en el alumno un conjunto de habilidades cognitivas que les permitan optimizar sus procesos de razonamiento.
2.- Enseñarle sobre el pensar: Animar a los alumnos a tomar conciencia de sus propios procesos y estrategias mentales (metacognición) para poder controlarlos y modificarlos (autonomía), mejorando el rendimiento y la eficacia en el aprendizaje.
3.- Enseñarle sobre la base del pensar: Quiere decir incorporar objetivos de aprendizaje relativos a las habilidades cognitivas, dentro de la curricula escolar.

IDEAS FUNDAMENTALES

La concepción constructivista del aprendizaje y de la enseñanza se organiza en torno a tres ideas fundamentales:

1. El alumno es el responsable último de su propio proceso de aprendizaje. Es él quien construye el conocimiento y nadie puede sustituirle en esa tarea. La importancia prestada a la actividad del alumno no debe interpretarse en el sentido de un acto de descubrimiento o de invención sino en el sentido de que es él quien aprende y, si él no lo hace, nadie, ni siquiera el profesor o facilitador, puede hacerlo en su lugar. La enseñanza está totalmente mediatizada por la actividad mental constructiva del alumno. El alumno es activo cuando manipula, explora, descubre o inventa, también cuando lee o escucha las explicaciones del facilitador.

2. La actividad mental constructiva del alumno se aplica a contenidos que ya poseen un grado considerable de elaboración. Es el resultado de un cierto proceso de construcción a nivel social. Los alumnos construyen o reconstruyen objetos de conocimiento que de hecho están construidos. Los alumnos construyen el sistema de la lengua escrita, pero este sistema ya está elaborado; construyen las operaciones aritméticas elementales, pero estas operaciones ya están definidas; construyen las normas de relación social, pero estas normas son las que regulan normalmente las relaciones entre las personas.
3. El hecho de que la actividad constructiva del alumno se aplique a unos contenidos de aprendizaje preexistente condiciona el papel que está llamado a desempeñar el facilitador. La función del facilitador no puede limitarse únicamente a crear las condiciones óptimas para que el alumno despliegue una actividad mental constructiva rica y diversa; el facilitador ha de intentar orientar esta actividad con el fin de que la construcción del alumno se acerque de forma progresiva a lo que significan y representan los contenidos como saberes culturales. Es decir debe guiar el conocimiento del alumno hacia el conocimiento cultural.

LOS PROCESOS DE CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO

Aprender un contenido implica atribuirle un significado, construir una representación o un “modelo mental” del mismo. La construcción del conocimiento supone un proceso de “elaboración” en el sentido que el alumno selecciona y organiza las informaciones que le llegan por diferentes medios, estableciendo relaciones entre los mismos.
En esta selección y organizaciñon de la infromación y en el establecimiento de las relaciones hay un elemento que ocupa un lugar privilegiado: el conocimiento previo pertinente que posee el alumno en el momento de iniciar el aprendizaje.
El alumno viene “armado” con una serie de conceptos, concepciones, representaciones y conocimientos, adquiridos en el transcurso de sus experiencias previas, que utiliza como instrumento de lectura e interpretación y que determinan qué informaciones seleccionará, cómo las organizará y qué tipos de relaciones establecerá entre ellas. Si el alumno consigue establecer relaciones sustantivas y no arbitrarias entre el nuevo material de aprendizaje y sus conocimientos previos, es decir, si lo integra en su estructura cognoscitiva, será capaz de atribuirle significados, de construirse una representación mental del mismo y, en consecuencia, habrá llevado a cabo un aprendizaje significativo.
El acto mismo de aprendizaje se entenderá como un proceso de revisión, modificación, diversificación, coordinación y construcción de esquemas de conocimiento.

Disposición para el aprendizaje: lo que un alumno es capaz de aprender, en un momento determinado, depende tanto de su nivel de competencia cognoscitiva general como de los conocimientos que ha podido construir en el transcurso de sus experiencias previas.
Son estos esquemas, su disponibilidad y sus características, los que van a determinar los posibles efectos de la enseñanza y deben revisarse y enriquecerse. La revisión no se limita al tema de la madurez o disposición para el aprendizaje. Otros aspectos, como el papel de la memoria, la mayor o menor funcionalidad de lo aprendido y la insistencia en el aprendizaje de “procesos” o “estrategias” por oposición al aprendizaje de contenidos, se ven igualmente afectados.

SITUACION DE APRENDIZAJE

Los principios generales que caracterizan las situaciones de enseñanza y aprendizaje en las que se da un proceso de participación guiada son:

1. Proporcionan al alumno un puente entre la información disponible (el conocimiento previo) y el conocimiento nuevo necesario para afrontar la situación.

2. Ofrecen una estructura de conjunto para el desarrollo de la actividad o la realización de la tarea, es decir dan organización y secuencia a lo que se va a aprender.

3. Implican un traspaso progresivo del control, que pasa de ser ejercido casi exclusivamente por el facilitador a ser asumido por el alumno. El alumno es el protagonista.

4. Hacen intervenir activamente al facilitador y al alumno. Ambos interactúan en pos de lograr un aprendizaje significativo.

CARACTERISTICAS DE UN PROFESOR CONSTRUCTIVISTA

a. Acepta e impulsa la autonomía e iniciativa del alumno
Usa materia prima y fuentes primarias en conjunto con materiales físicos, interactivos y manipulables.
Usa terminología cognitiva tal como: Clasificar, analizar, predecir, crear, inferir, deducir, estimar, elaborar, pensar.
Investiga acerca de la comprensión de conceptos que tienen los estudiantes, antes de compartir con ellos su propia comprensión de estos conceptos.
Desafía la indagación haciendo preguntas que necesitan respuestas muy bien reflexionadas y desafía también a que se hagan preguntas entre ellos.

Una estrategia adecuada para llevar a la práctica este modelo es "El método de proyectos", ya que permite interactuar en situaciones concretas y significativas y estimula el “saber”, el “saber hacer” y el “saber ser”, es decir, lo conceptual, lo procedimental y lo actitudinal.
En este Modelo el rol del docente cambia. Es moderador, coordinador, facilitador, mediador y también un participante más. El constructivismo supone también un clima afectivo, armónico, de mutua confianza, ayudando a que los alumnos y alumnas se vinculen positivamente con el conocimiento y por sobre todo con su proceso de adquisición.

El profesor como mediador del aprendizaje debe:

· Conocer los intereses de alumnos y alumnas y sus diferencias individuales
· Conocer las necesidades evolutivas de cada uno de ellos.
· Conocer los estímulos de sus contextos: familiares, comunitarios, educativos y otros.
· Contextualizar las actividades.
Todas las aproximaciones constructivistas en la educación coinciden en la participación activa del estudiante, consideran la importancia de las percepciones, pensamientos y emociones del alumno y del adulto en los intercambios que se dan durante el aprendizaje, y en la preocupación en el aprendizaje de largo plazo más que en el de corto plazo.

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